VARIEDAD DIETÉTICA. UN SÍ CON CONDICIONES...
Cuando se juega con el lenguaje y las conclusiones de estudios con notoriedad científica, es fácil recaer en lo que no se desea promover.
Porque, ¿cuántas veces habéis escuchado que cuanto más variada es la dieta, mejor lo haremos para nuestra salud? Pues imagino que lo habéis escuchado tantas veces como yo…
Desde pequeños recibimos información que puede ser controvertida para los fines que desean obtener. Por ejemplo: la pirámide nutricional. Sabemos que ésta es una guía alimentaria que, desde pequeños, nos han enseñado en la misma escuela, y que ahora queda algo obsoleta por las declaraciones de intenciones que hacen tambalear los cimientos de la alimentación saludable.
O por ejemplo, los ítems <súper – saludables> de la dieta mediterránea, que hace que este tipo de dieta llegue a lo más top de las dietas top , pero que multitud de nutricionistas afamados y con buena reputación, hacen críticas por la inclusión, por ejemplo, del consumo del vino (aunque sea de forma moderada).
Pues como estos ejemplos, miles. Cuando se trata de dietas y formas de alimentación, el avance de la ciencia, con los miles de estudios que se llevan a cabo, hace que esas conclusiones tan consolidadas en un momento determinado, caigan en el olvido o en el proceso de “des-evidencia”. Y permítanme jugar con el lenguaje a mí también…
Nos centramos ahora en un concepto que siempre hemos tenido grabada en nuestra mente, o por lo menos eso siempre han intentado: CUANTO MÁS VARIADA SEA LA DIETA, MEJOR PARA LA SALUD.
Frase que ahora puede llegar a ser lapidada, sino se tiene en cuenta ciertos matices que puedan dar un poco de claridad a esto…
El último artículo publicado sobre ello “Diversidad alimentaria: implicaciones para la prevención de la obesidad en poblaciones adultas”, elaborado por la Asociación Americana del Corazón, hace un recorrido por cada uno de las variables que cuantifican la variedad dietética como el recuento, la uniformidad y la disimilitud, y cómo cada una de estas variables interfiere en la variedad dietética, de forma positiva o negativa. Y especifico ahora en qué consiste cada uno de esos términos:
- El recuento es el número de alimentos o grupos de alimentos consumidos durante un período específico.
- La uniformidad es la distribución relativa de calorías entre los alimentos individuales (las calorías repartidas en los distintos grupos de alimentos)
- La disimilitud es las diferencia de las características de los alimentos relevantes para la salud (textura, sabor, olor…).
Esta revisión hace un análisis exhaustivo con muestras de población específica, teniendo en cuenta estos tres parámetros (la cantidad de alimentos que ingieren, cómo quedan repartidas las calorías en cuanto en los distintos grupos de alimentos, y las características de los alimentos que ingieren). Y todo esto, valorando la variedad de los mismos y el estado nutricional de los individuos participantes de dichos análisis, determinando el porcentaje y grado de obesidad, así como el estado nutricional en general de cada uno de ellos.
Además, en el estudio se diferencia la variedad dietética dentro de un mismo grupo de alimentos (la variedad de consumo dentro del grupo de las verduras, por ejemplo); así como la variedad del consumo de alimentos de diferentes grupos (comer de los distintos grupos de alimentos).
Tras el estudio ahondo de cómo influyen estas variables en la variedad dietética y en la salud, se llega a la conclusión:
- Una variedad de alimentos puede reducir la saciedad sensorial específica, aumentando la ingesta de energía y el consumo de alimentos en las poblaciones adultas. Es decir, al tomar diferentes tipos de alimentos, con diferentes propiedades organolépticas, se puede recaer en el consumo excesivo de los mismos, produciendo un aumento en el aporte energético.
- Una mayor diversidad dietética se asocia con una mayor ingesta de energía, patrones de alimentación sub-óptimos y aumento de peso en poblaciones adultas. Enlazando a la conclusión anterior, el consumo de una mayor variedad, puede producir una mayor ingesta alimentaria.
Por supuesto, estas dos conclusiones tienen esa connotación negativa siempre y cuando se recaiga en la elección de productos superfluos, bajo en densidad nutritiva y alto en densidad calórica. Por tanto, la variedad puede ser buena siempre y cuando se sustente en una elección de alimentos saludables. Actualmente, se siguen patrones de elección no adecuadas de productos, con lo que dicha variedad puede producir estos efectos negativos sobre la salud.
Por todo ello es importante promover un patrón de alimentación saludable que se base en una variedad de alimentos vegetales, que aporten proteínas de alto valor biológico, productos lácteos bajo en grasa, frutos secos y limitar (por no decir, eliminar de forma absoluta) el consumo de dulces, azúcares, bebidas azucaras y carnes rojas.
LA VARIEDAD DIETÉTICA ES ADECUADA SIEMPRE QUE NOS MOVAMOS POR ALIMENTOS, Y NO PRODUCTOS; Y QUE NUESTRA ALIMENTACIÓN SE ENCUENTRE SUSTENTADA EN ALIMENTOS VEGETALES, CON EXCLUSIÓN PARCIAL DE ALIMENTOS DE ORIGEN ANIMAL.
FUENTE:
Dietary Diversity: Implications for Obesity
Prevention in Adult Populations
A Science Advisory From the American Heart Association
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6894732/
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