LLAMA A LA PUERTA DE LO SALUDABLE.
TOC, TOC! Llamo a tu puerta y entro con tu permiso.
Y llego para hablarte de algo que debería ser materia curricular en colegios. A veces, sin darnos cuenta, y por querer agradar a nuestros niños, acudimos a productos que, organolépticamente, llenan al niño de sabores dulces y curiosos… Sí, y todo por agradar… Es decir, que el niño termina de hacer algo bien, pues ahí que le aportamos el producto X con azúcares simples y grasas saturadas por doquier.
Este post no es para criticar, sino para lanzar un mensaje de ánimo. Porque complicado no es. Eso de enseñar nuestro hijo conductas alimentarias y de estilo de vida saludable, no es que sea harto complicado. Y créeme que, además de no ser complicado, al final resulta que es hasta positivo. J
Hablo y paso a mostraros, un tipo de DECÁLOGO SALUDABLE que puede llegar a ser muy beneficioso para el establecimientos de pautas saludables en niños.
Porque si no lo sabíais, la instauración de hábitos de vida desde pequeños va a conformar unos cimientos que pueden ser sólidos o tambaleantes para la salud del que será, en años venideros, un adulto.
Y es que si los datos no fueran tan desalentadores, pues otro gallo cantaría. Pero es que la OMS cifró en 1900 millones, los adultos que sufrían sobrepeso y obesidad en el año 2016. Y más de 41 millones de niños menores de 5 años, sufrían sobrepeso.
Y si estos datos se quedaran en eso, en datos, “no pasaría nada”… O, al menos, no sería tan desalentador. Pero es que estos datos van de la mano de enfermedades no transmisibles; ésas que se han instalado en la cima de factores de riesgo de muerte. Diabetes II, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, cáncer y un sinfín de palabrejas que nos encaminan a lo peor: merma y pérdida de la vida.
Así que sí que es para pensarse el hacer todo lo posible para que nuestros niños puedan instaurar unos hábitos de vida que les haga gozar de salud, y ser capaces de prevenir estas enfermedades.
Pongamos de nuestra parte. Esperemos que los poderes que nos gobiernan, también lo hagan. Y que la industria, poco a poco, también ayude a esto.
Intentemos que los factores obesogénicos que nos rodean, no nos invadan de tal manera que no nos quede otra alternativa para optar. Y seamos conscientes que aunque nos pongan obstáculos, podemos sortearlos y así llegar a la meta: la práctica de unas conductas saludables de vida.
Intentemos, también, cuidar todo aquello que nos hace feliz: amigos, familia, disfrutar del deporte o disfrutar cocinando con nuestros hijos… Intentemos darles importancia a las emociones, comprenderlas y aceptarlas.
Así pues, empecemos por leer estas directrices. Luego, pasemos a comprender su importancia, y a intentar instaurarlas en nuestras vidas y en la de nuestros niños.
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